Uruguay: Ganó Mujica pero hay balotaje
El candidato oficialista José Mujica logró el 47 por ciento de los votos, sin embargo no pudo evitar definir las elecciones presidenciales en un balotaje frente al postulante del Partido Nacional Luis Alberto Lacalle el próximo 29 de noviembre.
"La sociedad nos exige una fuerza más y participar en una segunda vuelta", dijo Mujica al agradecer frente a sus partidarios el apoyo durante la campaña, y reconocer que su partido el Frente Amplio no había logrado los votos necesarios para triunfar en primera vuelta.
Los sondeos previos anticipaban que el oficialismo no alcanzaría el 50 por ciento de los votos, necesario para evitar el balotaje. Sin embargo lo que sorprendió a las encuestadoras fue el buen desempeño del Partido Colorado quien logró un 17 por ciento, el doble de lo pronosticado.
Pedro Bordaberry, candidato colorado, llamó para saludar a sus rivales y manifestó su decisión personal de votar al candidato blanco Luis Alberto Lacalle en la segunda vuelta que se celebrará el próximo 29 de noviembre, sin comprometer la decisión de su partido como institución.
Junto con la elección presidencial, los uruguayos decidieron ayer sobre dos cuestiones polémicas que fueron parte también de las discusiones de campaña: se rechazó la nulidad de la ley de Caducidad y no se aceptó el voto epistolar.
La ley de Caducidad obliga a los jueces a consultar al Poder Ejecutivo sobre que casos de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar pueden ser juzgados. Fue aprobada en el Parlamento en 1986 y confirmada en un plebiscito en 1989.
Durante el actual gobierno de Tabaré Vázquez, y bajo la vigencia de la norma fueron condenados 10 ex militares y policías por violaciones de los derechos humanos, y procesado el ex dictador Juan Bordaberry (1973-1976).
La consulta sobre el voto epistolar habilitaba el voto de los ciudadanos uruguayos residentes en el exterior y fue eje de controversias cuando el vicepresidente de la Corte Electoral, Renán Rodríguez, afirmó durante la veda que en el sufragio epistolar "no se da la garantía del secreto en la emisión del voto".
Esas declaraciones fueron interpretadas como una violación de la restricción obligatoria y como un acto de propaganda a favor del 'NO' que se impuso por más del 60 por ciento.